Sí condenan a un expresidente. ¿Por qué no juzgan al exalcalde con pinta de mafioso?

A Partir de hoy la historia de la justicia en Colombia se parte en dos, y una tolimense es la protagonista principal y será recordada por haber condenado  a 9 años de prisión a un expresidente de este país. Sí eso sucede con una figura considerada intocable, porqué en el Tolima, ni la Fiscalía, ni los jueces, investigan, procesan y si es del caso condenan al exalcalde de Ibagué qué sin ningún pudor con su pinta de mafioso, ostenta una riqueza exagerada, obtenida luego de haber sido mandatario por 4 años de la capital del Tolima.

 

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Por: Editor General. cambioin.com

 

Más allá de ahondar en la polémica sobre el fallo en sí contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, este artículo de opinión se trata de llamar la atención a los integrantes de la justicia del Tolima, que muy distinta a la de su colega y paisana Sandra Heredia Aranda, que inició su decisión histórica diciendo que la justicia no se le entrega al poder. Aquí parece otra cosa muy distinta.

 

Por Qué mientras la tolimense tomó un camino que nadie esperaba teniendo en cuenta a quien estaba juzgando, aquí en el departamento, hace muchos años no se escucha condenadas o castigos ejemplares a los corruptos de cuello blanco.

 

Por eso será que personajes que anochecieron pobres, y amanecieron ricos, esos mismos que se pavonean por las calles señalando a todo el mundo de bandidos, qué más pareciera que se estuvieran mirando en un espejo, no obtengan ningún castigo por parte de esa misma justicia que hasta ayer se le reclamaba con tanto ahínco se ejerciera en contra de un expresidente.

 

Nos referimos a un caso en especial, el del exalcalde de Ibagué Andrés Fabián Hurtado Barrera, el mismo que, ojo, con pinta de "Mafioso". Lleva una opulenta vida sólo porque fue alcalde durante cuatro años de Ibagué, lo que no es sinónimo de haberse ganado el baloto.

 

Para la justicia, en especial para los señores del Cuerpo Técnico de Investigación o CTI por su sigla ha pasado desapercibido que El jefe del denominado Clan Hurtado, no tuviera propiedades ni dinero cuando llegó a la alcaldía de Ibagué, y antes de posesionarse, exactamente 7 Días, le hubiera regalado un Mercedes Benz de navidad a uno de sus hijos, pero bueno eso fue un juguete, porque después apareció con una casa de 700 millones en en exclusivo sector de las Samarias, sin que medie un documento oficial que compruebe cómo la adquirió.

 

No contento con eso, esa misma vivienda, y así lo dijo públicamente, la entregó en parte de pago por una mansión en el exclusivo sector estrato seis de Ibagué Club Campestre, la cual fue legalizada por un precio muchísimo más barato que su valor real. No contento con la ostentosa compra se demoró un año remodelándola, para lo cual no sacó ni un solo permiso, además si se hace cuentas la adecuación durante un año de un inmueble es exageradamente costosa.

 

Pero súmele a esa cuenta de gastos que sobrepasan lo que pudo haber ganado como alcalde de Ibagué y de la reposición de votos, carros lujosos de alta gama, para el exmandatario, para su esposa, para sus hijos, motos de alto cilindraje para competencia, cursos de modelaje en Europa para uno de los hijos del exmandatario en una de las casas más reconocidas.

 

Viajes alrededor del mundo, no una, ni dos, ni tres, sino muchas veces que se puede comprobar con Migración Colombia, qué gracias a la misma familia Hurtado, está documentada y soportada con fotos subidas a sus redes sociales qué son públicas, en lugares como en Marruecos, donde uno de los miembros de la familia Hurtado, aparece en una habitación de uno de los 3 hoteles 7 estrellas que existen en el mundo, ya podrán deducir cuánto vale un hospedaje en el lugar. Aparecen en finales de fútbol en Estados Unidos, y de ahí se fueron para Asia donde pasaron varios días capacitándose como lo reportaron ellos mismos.

 

Para completar estando el señor Hurtado de alcalde, y hasta estos días, una de sus aficiones, claro está después de haber sido mandatario local es estrenar mínimo semanalmente ropa, pero no de cualquier marca, expertos en la materia señalan que una pinta confirmada por camisa, pantalon, cinturon, zapatos y reloj, puede redondear los 80 millones de pesos, bueno y eso solo hablando del jefe de la familia, pero todos sus integrantes adquirieron también en la alcaldía ese gusto tan costoso,y muy estilo Mafioso.

 

Pero un dato no menor que si debería interesar a las autoridades que están muy pendientes de castigar el enriquecimiento ilícito, el cual es penalizado en Colombia, es de dónde ha sacado dinero el señor Andrés Hurtado, para vivir desde su salida de la alcaldía de Ibagué, y al otro día iniciar una campaña para la Gobernación del Tolima, donde apareció haciendo sus periplos en una camioneta nueva Toyota Land Cruiser de 450 millones de pesos, gastando a manos llenas haciendo reuniones encuentros, fiestas por todo el Tolima, llevando regalos, trago comida, financiando campañas como en la actualidad de Pacho Bermúdez en Melgar. De donde saca tanto dinero si hace caso dos años dejó de laborar, y como él mismo lo dijo antes de salir qué con la compra de su nueva mansión debería pagar una cuota mensual superior a los 8 millones de pesos durante 30 años, por el préstamo que le hizo El BBVA.

 

No puede ser que para el señor director del CTI, que tuvo en sus manos una denuncia por Enriquecimiento ilícito contra el señor Andrés Hurtado, no se hubiera percatado de estos insignificantes detalles. Claro, si el Cuerpo Técnico de Investigación, no encuentra nada extraño, los fiscales no tendrán material para procesar a los señalados de cometer actos no muy claros.

 

Para finalizar se deja claro que esta opinión, es para decir que si una tolimense, con medio país encima fue capaz de tomar una trascendental determinación contra un político peso pesado de este país. Porque sus coterráneos hoy solo ejercen una justicia vergonzante, donde los políticos hacen lo que quieren con ellos, se burlan y de paso se enriquecen gracias a la paquidermia de quienes administran justicia pero se niegan a hacerla respetar.

 

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