El diálogo y la Paz: Por Jorge Ancizar Cabrera columnista invitado

Este artículo es responsabilidad de quien los escribe y no compromete al medio de comunicación.

Por: Jorge Ancizar Cabrera Reyes.

Colombia, requiere hoy  más que nunca apagar toda tendencia incendiaria y lograr como prioridad resolver los conflictos, buscando no solamente la convivencia civilizada entre todos los sectores políticos, económicos y sociales, culturales, ambientales, estudiantiles y sindicales;  el diálogo es un instrumento útil y necesario para dirimir las tempestades violentas que se puede agudizar cada día con la pérdida de vidas humanas, de líderes sociales, de integrantes de la fuerza pública y de los actores armados al márgen de la ley.

Una estrategia de la paz unida al diálogo  como ayuda pedagógica y de ellos se desprende la conciliación, los puntos de consenso y los acuerdos, como una salida madura y civilizada  de la resolución de los conflictos. Esto implica avanzar en el camino de la paz y la convivencia para lograr la transformación del conflicto y el reconocimiento del adversario como opositor ideológico, el respeto del adversario, y lo que es más relevante, la convicción y confianza en la posibilidad de superación de los antagonismos entre todos y cada uno de los actores.

La paz es una necesidad de la humanidad, que se puede alcanzar con una pedagogía que tenga como sustento el aprendizaje de habilidades para aprender a expresar y a solucionar los conflictos. La Constitución Política de 1991 fue concebida por muchos sectores de la población colombiana como un pacto de paz para resolver el escalonamiento del conflicto armado y la difícil situación de violencia que aún persiste.

Después del acuerdo de paz suscrito entre el Estado y las Farc, ojalá se continúe su implementación, porque la tranquilidad en regiones signadas anteriormente por la violencia, ha logrado superar el conflicto y comienza a tejerse entre sus habitantes y excombatientes el diálogo participativo que la Asamblea Nacional Constituyente, como producto del airado reclamo ciudadano expidió un nuevo ordenamiento constitucional de legalidad institucional de apertura de nuevos espacios democráticos que hay que perseverar en mantenerlos, para lograr el desarrollo local y regional con  interacción de las relaciones hombre y naturaleza, apuntando al bienestar de las presentes y nuevas generaciones en su busqueda de la auténtica dignidad humana. "La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento".

Sobre la guerra

"Si alguien me objetara que el reconocimiento previo de los conflictos y las diferencias, de su inevitabilidad y su conveniencia, arriesgaría a paralizar en nosotros la decisión y el entusiasmo en la lucha por una sociedad más justa, organizada y racional, yo le replicaría que para mí una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores conflictos. De reconocerlos y de contenerlos. De vivir no a pesar de ellos, sino productiva e inteligentemente en ellos. Que sólo un pueblo escéptico sobre la fiesta de la guerra, maduro para el conflicto, es un pueblo maduro para la paz".

Estanislao Zuleta


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