Foto: José Baruth Tafur Gutiérrez, abogado, Columnista cambioin.com
Por: Editor en Jefe - Publicado en julio 06, 2025
Por: Jose Baruth Tafur Gutierrez
Abogado-Especialista Univ. Externado Maestrante Comunicación Política Univ. Externado. Columnista invitado cambioin.com
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Muchos han querido retratar la renuncia de Mauricio Jaramillo al Partido Liberal como el epílogo trágico de una colectividad en decadencia. La han calificado como la “peor crisis” del liberalismo tolimense, Pero ¿y si fuera todo lo contrario? ¿Y si estamos viendo un acto necesario para sanar? ¿Y si el adiós de quien por años dirigió el Partido con puño cerrado nos muestra la puerta que finalmente se abre para que muchos regresen?
Porque sí, Jaramillo se fue. Y con él, también se va una época. Una forma de hacer política basada en la exclusión, en el control, en las decisiones unilaterales que hicieron que cientos de líderes liberales se fueran en silencio, decepcionados. Hoy, ese silencio empieza a romperse. Porque al marcharse, se libera un espacio para algo nuevo, algo más justo, más abierto, más auténtico.
Se ha dicho que el partido está secuestrado, desconectado de las bases. ¡Y qué buena noticia que por fin lo admitan! Porque aceptar los errores es el primer paso para corregirlos. Hoy con la renuncia de Jaramillo solo quedan unos caudillos atornillados que hace 12 y 20 años se encuentran en el concejo y asamblea; pero hoy el pueblo dice no más feudos, ni dedos selectivos que aprueban o vetan liderazgos. Hoy hay terreno fértil para construir, para volver y ese volver no es sólo simbólico, es real, es tangible.
Ahí está el liderazgo firme de quienes están a la espera con ansias de demostrar las capacidades en su partido rojo , hablo de quienes hicieron parte de la lista al concejo y asamblea que forjaron las listas por lealtad y amor que con seguridad brindarán un aire fresco y renovado al partido; de igual manera unos candidatos a la cámara como Jhon Freddy Garcia o Olga Beatriz González, que representan hoy una nueva cara del liberalismo, Ahí está también Gentil Gómez Oliveros, en Melgar, encarnando el espíritu liberal desde las calles, con cercanía, con ideas y con comunidad.
Estos nombres son solo ejemplos. Porque el verdadero protagonista de esta nueva etapa no es una persona. Es la gente. Es la base. Es ese liberalismo de corazón que por años fue ignorado, y que hoy tienen la oportunidad de tener voz.
Es momento de que los que se fueron regresen. No por nostalgia, sino por convicción.
No para repetir el pasado, sino para construir el futuro; No para pedir permiso, sino para liderar.
La renuncia de Jaramillo no es un final. Es, paradójicamente, el acto fundacional de la renovación liberal tolimense. Uno donde caben todos. Donde las banderas no están en manos de unos pocos, sino ondean en cada barrio, en cada vereda, en cada rincón donde alguien cree que la política puede hacerse con amor, con justicia, con propósito.
Este es el momento de volver, este es el momento de creer este es el momento de hacer historia… sin pedir permiso.
José Baruth Tafur Gutiérrez.
Abogado Especialista en Marketing Político y Estrategias de Campaña
Maestrante Comunicación Política
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