Amigo de Dios, conocido del Diablo

Por: Ramiro Suárez Peña, Abogado Columnista de cambioin.com

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“Ibagué ciudad perdida en pasajes de profetas”

Una cosa es llamar al diablo y otra cosa es verlo llegar; creyentes electores encuentran diosidencias y entregan aposentos a los arteros políticos criados en el intríngulis de más de lo mismo.
La ciudad se esclavizo en deidades vinculadas a organizaciones políticas con el discurso silencioso “Entre todos mejoraremos su calidad de vida”.
Dios creo al diablo con la deidad de la belleza y sus mejores alumnos con habilidades en lenguas de babel; lograron ponernos en contra los unos con los otros para que no nos pusiéramos en contra de ellos; y ellos con el mismo cuento de la democracia haciendo su trabajo blindado con impunidad incluida.

“Recuperar la ciudad musical implica rescatarla de sus electores” 
Hacer lo que ellos dicen no lo que ellos hacen, este mensaje bíblico inspirado por Jesús, lo llevo a su vida política y termino crucificado ¿por quienes? Buena pregunta, si se infiere que el pueblo a través de poncio pilato, liberó al sedicioso barrabas que disfrutaba los placeres de la vida, en vez de Jesús que lucho contra la opresión.

“Menos retorica más congruencia señores(as) candidatos a la alcaldía de Ibagué”
Campaña pobre pobre campaña, político pobre pobre político, democratizar, vivir sabroso, el cambio es ahora ¿Y?, seguimos mirando la corrupción por el retrovisor, como si la gestión pública no tuviese presente, disfrazada en campañas nuevas repletas de paracaídas y salvavidas”.

“Tenemos mucho que ver con el destino de Ibagué”
¿Quién soy? ¿de dónde vengo? ¿para dónde voy?, rescatar la ciudad de sus electores, recuperar la ciudad de más de lo mismo. La ausencia de condición crítica de las bases populares, el amiguismo empresarial, el cómo voy y los favores del lleva y trae, nos lleva siempre al “SI” muy rápido y “NO” muy tarde.

“En la política se juzga bien a las personas con capacidad de mentir”
Si no es tu culpa no es tu problema, la indiferencia se suma a la falta de pertenencia que inunda la ciudad de los ocobos, y lo más grave el “estupro electoral” que no es otra cosa que, prometer y después de haber mentido olvidar lo prometido.

“Quid pro quo”
Una cosa por otra, el patrocinio en campañas políticas de una parte las encarece, de otra parte “apresa la credencial”, dejando escritas antes del suceso, las decisiones de contratación durante toda su estancia de gobierno, incluso comprometiendo rubros a futuro, que infieren en complicidades negativas sin solidez, con la idea única y primitiva de recoger la inversión y hasta más. 

“Gente buena y exitosa es lo que hay”
Desde la empresa privada a la función ejecutiva de un buen alcalde, que no permita que lo saquen del anonimato al desprestigio, conlleva capacidad y experiencia para generar confianza en su propia libertad conversacional y no menos importante de comunicación, para rechazar las tentaciones de intereses oscuros de corrupción. El trabajo en equipo de formación, confrontación y realización, lo llevara a su más alto nivel con resultados positivos para nuestra ciudad como padre putativo.

“Amigo de dios conocido del diablo / la obediencia y el dinero hacen su trabajo”
Se pierden amigos y se ganan enemigos, se cierra una puerta y se abre otra. La coraza de la humildad en la política desaparece con alianzas de letreros inimaginables, donde el elector es conocido por su obediencia a recibir 100 mil pesos un día electoral, que significa 36 centavos de un peso diario, hasta un nuevo proceso electoral.  

Ramiro Suárez Peña, abogado,
Columnista noticias cambioin.com
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