Petro rompe la Ley, Aranda rompe la ciudad.

Por: José Baruth Tafur Gutiérrez
Abogado-Especialista Univ. Externado Maestrante Comunicación Política Univ. Externado. Columnista invitado cambioin.com

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Hay decisiones que no solo huelen mal, sino que contaminan y si nunca se medió plantearon y/o aceptaron en el pasado esta no debe ser la excepción, por cuanto esto implica el mal ejemplo del poder ejecutivo que con ello impregna las esquinas más olvidadas del país sumado a la destrucción de la estructura del poder público con respecto a la división de poderes. El reciente decretazo del presidente Gustavo Petro, con el que intenta convocar una consulta popular sin pasar por el Congreso, no solo ha sido calificado como inconstitucional por expertos como el expresidente de la Corte Constitucional, José Gregorio Hernández. Es, además, un síntoma preocupante de lo que sucede cuando un líder utiliza la narrativa de la voluntad popular para desconocer y destruir las reglas del marco democrático.
Petro, el presidente que llegó prometiendo el cambio el gobierno de la vida, hoy abona el terreno del caos institucional. Un decreto que desconoce los límites legales no es rebeldía legítima: es autoritarismo disfrazado de participación. Y como toda enfermedad de poder, esto se contagia.

Aquí, en Ibagué encontramos como el mismo desinterés y respeto por las normas se aplica, la alcaldesa Johana Aranda parece haber tomado apuntes de ese mismo manual. Como si no bastara con la herencia de su mentor político, el cuestionado exalcalde Andrés Hurtado, ahora ella se suma al legado del abandono, la improvisación y la desidia o les parece poco el monumento a la Concha Acústica Garzón y Collazos,   No es casualidad: quien se cría en la sombra del autoritarismo aprende a gobernar por impulso, no por convicción.

La muestra más reciente y vergonzosa de esta negligencia local es el abandono absoluto de las vías que están siendo parchadas solo para las fiestas, pero que si queremos más evidencia de abandono en infraestructura tenemos la Concha Acústica Garzón y Collazos, ¡uno de los símbolos culturales más importantes del país de nuestra ciudad! Ese lugar, que debería ser templo del folclor y del orgullo tolimense, hoy está en ruinas, con los eventos del Festival Folclórico trasladados a las piscinas olímpicas, tratando de tapar y desviar la atención de lo abandonado que se encuentra nuestra ciudad.

Es de denunciar un posible detrimento patrimonial de más de mil millones de pesos en el manejo de los escenarios culturales y deportivos. Un desangre más, otro agujero negro que se traga los recursos de todos mientras los responsables posan para fotos y reparten abrazos a niños.
Aquí no hay improvisación: hay una estrategia de desgaste institucional. Porque cuando el ejemplo desde arriba es torcer la norma, patear la institucionalidad y disfrazarlo de voluntad popular, en las regiones se normaliza el abuso, la incompetencia y la corrupción.
Colombia no necesita más líderes que gobiernen a punta de decreto o de abandono.

Necesitamos gobernantes que escuchen, planifiquen y respeten la ley. Necesitamos estadistas, no influencers con poder. Y sobre todo, necesitamos ciudadanos que no se dejen desenfocar de los actos de presunta corrupción por narrativas populistas o por el pan y circo que nos querrán vender mientras el patrimonio físico, cultural y moral del país se derrumba a la vista de todos.

José Baruth Tafur Gutiérrez. Abogado Especialista en Marketing Político y Estrategias de Campaña
Maestrante Comunicación Política

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