ACTUALIDAD

Los abusos de la gerente del IBAL, que impuso un clima de terror en la entidad

Los abusos de la gerente del IBAL, que impuso un clima de terror en la entidad

Foto: Erika Melisa Palma, gerente del IBAL. cambioin.com

Por: Editor en Jefe - Publicado en junio 04, 2025

En los pasillos del IBAL, la empresa de acueducto y alcantarillado de Ibagué, circula una frase que resume el ambiente laboral: “la gerencia se ejerce a gritos”. La expresión no es gratuita. Tras año y medio de gestión en la actual administración y cerca de dos años al frente de la entidad en el periodo anterior la gerente general ha acumulado no solo polémicas por su estilo de liderazgo, sino también una creciente lista de contradictores, denuncias internas y una marcada inestabilidad institucional que, según múltiples funcionarios, raya en lo clínico.

Encuentre contenido exclusivo en WhatsApp Channel, síganos ya: 
https://whatsapp.com/channel/0029Va9kwaD1CYoZxxokC42i


Por: Veeduría todos por Ibagué. cambioin.com

Fuentes internas coinciden en que la funcionaria ha ejercido un liderazgo autoritario, ofensivo y sistemáticamente humillante, especialmente hacia mujeres con larga trayectoria en la entidad. Diana Coba y Olga Fandiño, empleadas de planta con más de veinte años de experiencia, han sido mencionadas reiteradamente como víctimas de maltratos diarios por parte de la gerente, en lo que ha sido calificado como una “dinámica de acoso laboral sostenido”.

Lo más preocupante es que la situación no parece inquietar a la mandataria local, quien ha hecho caso omiso a los llamados de atención provenientes de distintos sectores institucionales incluyendo al Concejo Municipal que han advertido el grave deterioro del clima organizacional al interior del IBAL.

Una gerencia con alta rotación y baja tolerancia

Más allá del trato personal, la gestión de la actual gerente ha estado marcada por una rotación inusualmente alta en la Secretaría General del IBAL. Durante su mandato, cinco secretarios generales han sido relevados. La primera en salir fue la abogada Olga Liévano, inicialmente cercana a la gerente y que, tras un quiebre en su relación, se convirtió en una de sus principales contradictoras. Posteriormente, Alejandro Giraldo y otros tres funcionarios abandonaron el cargo. Según versiones internas, algunos habrían renunciado por preservar su salud mental, mientras que otros fueron objeto de campañas de desprestigio que precedieron su remoción directa.

No han sido los únicos afectados. La presión y el control desmedido se han extendido a directores, conductores y funcionarios de planta, quienes —según relatan— operan bajo una lógica de subordinación estricta. “En el IBAL ya no se toma ninguna decisión sin la aprobación directa de la gerente”, declaró una fuente que solicitó anonimato por temor a represalias. Incluso se ha denunciado que la gerente ha vulnerado la autonomía operativa de los directores de área, centralizando decisiones administrativas, técnicas y jurídicas que tradicionalmente son compartidas.

El abandono de la ciudad, otra consecuencia del egocentrismo

Mientras al interior de la entidad se vive un ambiente tenso, los efectos hacia el exterior también son palpables. La falta de planificación de las intervenciones del IBAL ha dejado a la ciudad con múltiples frentes de obra abiertos, calles destruidas y comunidades inconformes. Habitantes de barrios como Jordán, Ciudadela Simón Bolívar, Praderas de Santa Rita, Calarcá y Arboleda Campestre han presentado quejas por obras inconclusas, zanjas abiertas durante semanas y ausencia de señalización o seguimiento. (Ver referencia: Indignación en Ibagué: Exigen renuncia de gerente del IBAL (Indignación en Ibagué: Exigen Renuncia de Gerente del IBAL | TikTok ).

“La falta de planeación es evidente. Se intervienen vías sin cronograma claro y la ciudad se convierte en un campo de batalla con huecos por doquier”, denunció un ingeniero supervisor de obra. En lo que respecta a la llamada “obra del siglo”, se conocen denuncias que apuntan a que, para el momento de su entrega, existían inconsistencias técnicas en las líneas de conducción en zonas como El Libertador. Según testimonios, la gerente habría ordenado abrir el sistema sin la verificación técnica correspondiente, ocasionando daños millonarios a la infraestructura vial entregada por la Gobernación, hechos que actualmente son objeto de investigación por parte de los entes de control.

¿Aspiraciones políticas?

Pese a las denuncias internas y al creciente descontento ciudadano, lo que más ha sorprendido en círculos políticos y sociales es que la gerente —a quien algunos de sus compañeros califican como “tóxica” y “despótica”— tendría aspiraciones de ser candidata a la Alcaldía de Ibagué. Al respecto, se señala que ha utilizado su cargo para favorecer y congraciarse con sectores políticos distintos a los que representa formalmente, de ahí surge el nombre de José Barreto con quien sostiene una estrecha amistad de varios años ya quien por debajo de cuerda habría fortalecido con gestiones y nombramientos, circunstancia determinante para que el senador Miguel Ángel Barreto respaldara la permanencia de la funcionaria en la gerencia del IBAL y se generarán compromisos electorales entre la mandataria y el congresista. Las conexiones políticas que estos mantienen con la actual administración serían, según varias fuentes, la razón por la cual la gerente se ha mantenido en el cargo, pese a las reiteradas solicitudes de su salida.

Varios concejales han manifestado públicamente la necesidad de su retiro inmediato, mientras que algunos funcionarios del gabinete aseguran que su permanencia al frente del IBAL es “insostenible”. Sin embargo, la funcionaria continúa ejerciendo su cargo, reforzando la percepción de que cuenta con un respaldo político de alto nivel.

¿Y la administración municipal?

Hasta el momento, la alcaldesa ha guardado silencio frente a la crisis institucional del IBAL. No se ha pronunciado sobre las renuncias masivas, ni sobre las denuncias por acoso laboral, ni respecto a los cuestionamientos por fallas en la ejecución de obras. Este silencio ha sido interpretado como un acto de complicidad o, al menos, como una omisión grave en el ejercicio del control administrativo y maltrato laboral.

Frente a una ciudad cada vez más golpeada por obras mal ejecutadas y una empresa pública envuelta en temor, la pregunta que muchos se hacen es inevitable: ¿hasta cuándo durará la gerencia del miedo y apariencias sin soluciones reales?

Estás Leyendo cambioin.com

NOTICIAS RELACIONADAS